Los secretos del Monte de El Pardo están en el Centro de Interpretación de la Naturaleza de Montecarmelo

En 1995 el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid empezaron a darle mayor importancia a la educación ambiental y al medio natural. A partir de ese año comenzaron a poner en marcha muchas iniciativas relacionadas con ello. Remodelaron parques públicos, hicieron otros nuevos y también crearon los Centros de Interpretación de la Naturaleza (CIN). Estos estuvieron operativos al cien por cien 10 años después, en 2005. De norte a sur y de este a oeste de Madrid, abrieron las puertas  los CIN de los parques Juan Carlos I y Tierno Galván, del área forestal de Entrevías, Casa de Campo, Retiro y Dehesa de la Villa, entre otros. Cada uno de ellos con la finalidad de dar a conocer estas zonas verdes.

En nuestro distrito no podía faltar un Centro de Interpretación de la Naturaleza, teniendo en cuenta que aquí tenemos el pulmón de Madrid que no es otro que el Monte de El Pardo, por lo que se dotó de uno. Sin embargo, no se eligió El Pardo para su ubicación, que hubiera sido el lugar idóneo, ni tampoco se le bautizó con el nombre de nuestro barrio. Se le llamó Centro de Interpretación de la Naturaleza de Montecarmelo y se abrió junto a la Ermita de Nuestra Señora de Valverde, aprovechando que sus instalaciones anexas (el antiguo convento de frailes dominicos) estaban en desuso.

Allí, desde hace casi siete años se da a conocer el Monte de El Pardo a través de talleres, charlas, videoforum, sendas, muestras temporales, concursos y una exposición permanente. De su organización y desarrollo se encarga actualmente la empresa Soluciones para el Medio Ambiente (SMA). Sus trabajadores, entre los que hay educadores, biólogos y pedagogos, enseñan al público el CIN.

Las actividades del Centro de Interpretación de la Naturaleza de Montecarmelo están abiertas a todo tipo de público. Niños y mayores pueden acudir allí a conocer los secretos del Monte de El Pardo. “A la exposición permanente, por ejemplo, vienen muchos colegios y asociaciones, así como público en general y familias. Nuestros monitores trabajan con grupos organizados y el resto de visitantes puede hacer visitas autoguiadas. No obstante, si nos lo solicitan pueden disponer de un guía”, explica Ana Belén Olalla Utende, coordinadora del CIN.

Durante el mes de mayo, podemos visitar la exposición temporal ‘Caperucita camina sola’, que tiene como objetivo favorecer el uso adecuado de las vías públicas. “Se explica cómo influye el vivir en una ciudad en los niños, se anima al uso del transporte público, de la bicicleta… En definitiva, «cómo puede moverse uno por Madrid”, comenta la coordinadora.

Respecto a las sendas, se realizan los sábados y domingos por las zonas de uso público del Monte de El Pardo y están enfocadas a que los usuarios vean la flora y fauna del monte. Hasta hoy, hay ocho sendas diferentes programas, con la finalidad de que el que quiera repetir la actividad cuente con nuevas alternativas.

Mira, toca y huele el Monte de El Pardo

Quizá, la actividad estrella del Centro de Interpretación de la Naturaleza de nuestro distrito sea la exposición permanente. Se trata de una muestra que poco tiene que ver con las convencionales, ya que está diseñada para que podamos conocer a fondo nuestro monte utilizando sin restricción los cinco sentidos. “Los niños están acostumbrados a no tocar, aquí se debe y, además, se huele”, añade Ana Belén Olalla.

La exposición está diseñada para que se vea de forma autoguiada. Es muy visual, por lo que resulta muy amena y la hora que se dedica a ella se hace corta. Nada más entrar el visitante encuentra una ventana abierta a la naturaleza de Madrid y escucha y ve una explicación sobre la ubicación del Monte de El Pardo, su geología y ecosistemas. Un poco más allá, se convierte en espectador de un cine. En este lugar de la exposición, se proyecta una película, grabada desde un helicópetro, de las zonas restringidas del monte. Se trata de un vídeo mudo al que acompaña las explicaciones de la educadora. La vista hay que agudizarla en el siguiente rincón de la muestra. Allí los visitantes pueden usar unos curiosos visores que convertirán sus ojos en los de un águila imperial ibérica, un ciervo y una abeja. “Pueden ver la visión prismática del primero, la daltónica del segundo o las imágenes repetidas que ve este insecto.

Todos estos animales y los que se ven a lo largo de la exposición, junto a la flora, viven en el Monte de El Pardo”, explica la coordinadora. La musaraña y el cárabo nos esperan en la zona donde hay que agudizar el oído y la serpiente de escalera, en el lugar más táctil. Casi al final del recorrido los visitantes pueden jugar a detectives investigando restos de animales, mirando con lupas o metiendo la mano en una encina. El último rincón de la exposición es el más histórico. En este lugar, un vídeo explica cómo era el monte en la Prehistoria y cómo es ahora.

Se trata, sin duda, de una atractiva exposición que nos enseña muchas cosas de nuestro monte. Un monte de casi 16.000 hectáreas que tenemos el deber de cuidar, porque  los pardeños somos sus particulares guardas.

Información y reserva:
CIN Montecarmelo
Avda. Santuario de Valverde, 77 (desde PAU Montecarmelo)
Ctra. de Colmenar km 13 (dir. Madrid)
28049 Madrid
Telf: 91 735 96 34
 

No te pierdas el reportaje de ElPardo.net tras acudir a una senda del CIN: El Monte de El Pardo, un tesoro natural a 15 minutos de Madrid

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