El Colegio Diocesano San Francisco de El Pardo se despide de sus alumnos de 2º de Bachillerato en una emotiva ceremonia de graduación
Este miércoles 14 de mayo se celebró la graduación de los alumnos de 2º de Bachillerato del Colegio Diocesano San Francisco de El Pardo. Un evento emotivo, entrañable y familiar que tuvo como protagonistas a 12 estudiantes y reunió a sus familiares, al equipo docente, así como al resto de alumnos del centro, que acompañaron a los graduados en un día muy especial para ellos.
La jornada comenzó con una eucaristía que ofició don José Luis Guzón Nestar, delegado episcopal de Enseñanza de la Archidiócesis de Madrid y representante de la titularidad del centro. Durante la homilía, destacó la labor del colegio y su esencia. “Los sitios pequeños hacen cosas grandes”. También, se dirigió a los alumnos diciéndoles que el amor “es la fuerza más grande de la naturaleza. Cuando se vive en un grupo, éste y la realidad se transforma”.
Guzón, además, fue el encargado de inaugurar el acto de la graduación y lo hizo con un conmovedor discurso, que comenzó agradeciendo su labor al equipo de profesores y administrativo. A continuación, destacó dos palabras: “gracias” y “Bachillerato”. Para la primera, recordó la canción interpretada por Violeta Parra, ‘Gracias a la vida, que me ha dado tanto’ y, al mencionar la segunda, se dirigió a los graduados. “Cada uno somos de donde hacemos el Bachillerato. Son años muy bonitos, en los que compartimos ratos y brotan amistades”, subrayó. Antes de finalizar su intervención, les dio cuatro consejos. “Cada uno estáis hechos para una cosa. Hay que luchar contra la falta de motivación, gestionar bien el tiempo, saber organizarse y tener constancia. La constancia hace milagros”.
Acto seguido, se celebró la entrega de premios de los campeonatos deportivos y concursos que se han organizado en el Colegio Diocesano San Francisco de El Pardo durante el curso escolar. Entre ellos, ha habido torneos de vóleibol, baloncesto y fútbol-sala, certámenes de tarjetas navideñas, postres y cartas, y un proyecto de compostaje. Además, el centro quiso reconocer a varios alumnos con tres menciones especiales; una grupal y dos individuales, destacando su compañerismo, cooperación, trayectoria académica, constancia y esfuerzo.
Finalizada la entrega de galardones, tomó la palabra la directora del colegio, Mª Teresa Rueda López. Después de decir el nombre de los 12 graduados, les recordó que, “como todo ser humano, sois el iceberg del que sólo se vislumbra una pequeña parte. Ninguno de los que estamos aquí presentes podemos tener certezas de nosotros mismos. Somos imperfectos”, subrayó. También, les aconsejó “ser responsables de vuestros propios pasos” y les invitó a “analizar la información y a convertiros en libres pensadores con espíritu crítico. A desarrollar vuestro potencial y ser consecuentes”. Finalmente, les animó a mostrar su mejor versión en su vida laboral y personal y a “tener fe en las personas”.
Las palabras de la tutora de 2º de Bachillerato, Teresa Sevilla, también fueron conmovedoras. “Lo hemos logrado. Sois únicos. Vuestra promoción es muy peculiar”, dijo a los estudiantes. A continuación, resaltó lo que más les había caracterizado durante el curso escolar. “Habéis sabido solucionar los problemas. Habéis aportado empatía y colaboración, que os ayudarán en un futuro”. La profesora concluyó su discurso diciéndoles: “no dudéis en esforzaros en todo lo que creéis. Os vamos a echar de menos”.
Un estudiante de 1º de Bachillerato habló en nombre de su clase y se dirigió a los graduados diciéndoles que forman parte “de la historia del colegio. Dejáis recuerdos y anécdotas. Gracias por dejar vuestra marca”.
Ángel fue el alumno de 2º de Bachillerato que representó a su curso. Lo hizo con unas entrañables palabras y tuvo el gesto de recordar a los compañeros que ya no están en el centro escolar. “Parece que fue ayer cuando entramos por estas puertas con nuestros sueños”, dijo. Acto seguido, fue nombrando a sus 11 compañeros definiéndoles y citando sus virtudes. Así, habló del invencible, del emocional, del polivalente, del que actúa como cimiento de la clase, del sensible, del bueno, del perfeccionista, del maduro, del que se preocupa por los demás… “Cada uno de nosotros somos únicos y especiales”, subrayó. Al concluir, les alentó a no tener miedo en su nueva etapa de la vida y a “agradecer los éxitos y fracasos”, y pidió un aplauso “por todo lo vivido en este colegio, por nuestros profesores y, en especial, por nuestra tutora”.
La graduación terminó con la oración de San Francisco, a cargo de una alumna de 1º de la ESO, y un aperitivo para todos los asistentes.
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