“Aún queda por estudiar la historia de El Pardo”, Rafael Gili Ruiz, historiador e investigador de la ciudad de Madrid
Rafael Gili Ruiz trabaja en el Centro de Documentación y Estudios para la Historia de Madrid de la Universidad Autónoma de Madrid. Junto a otros investigadores y profesores, se dedica al estudio sistemático de la historia de nuestra ciudad y su territorio. Entre sus labores, cataloga los fondos relacionados con los reales sitios.
– ¿El Pardo es el Real Sitio menos conocido y estudiado? De la historia de El Pardo (salvo el tema de los palacios y el arte) se conoce muy poco. Sobre todo cómo fueron procediendo las agregaciones de territorio, su área de influencia o cómo era el gobierno y la administración. Nadie habla de ello. Todavía está por hacer una historia del Real Sitio de El Pardo. Recientemente, se ha empezado a indagar en el Archivo General de Protocolos Notariales y en los numerosos fondos que hay en el Palacio Real de Madrid. Nosotros estamos catalogando todo lo relacionado con los reales sitios, incluido El Pardo. Pero aún hay montañas de documentación que están sin clasificar.
– ¿A qué siglo hace referencia la documentación que se ha encontrado sobre El Pardo? Al s.XIV. En el Archivo General de Protocolos Notariales de Madrid apareció una escritura que hacía una alusión a que El Pardo, en 1312, pertenecía a un vecino de Madrid llamado Juan Ruiz Sasamón. Pero realmente no era así. Cuando en 1304 Fernando IV da a Madrid el derecho de explotación de todo el territorio conocido como Real del Manzanares, del que formaba parte El Pardo, se le presenta el problema de dominar muchísimos bienes comunales. Ante esto, algunos vecinos, como Juan Ruiz Sasamón, aprovechan para crearse cotos redondos. Pero la Villa de Madrid los reclama después. En 1345, el rey Alfonso XI ordena ver las lindes del dominio pleno de la tierra de Madrid y es asesorado por cazadores y guardabosques. Es entonces cuando ve que tiene un cazadero excepcional en el territorio madrileño y decide reservarlo para su uso exclusivo, en principio durante 10 años, pero luego se incluye como cazadero real.
– ¿El Pardo siempre se ha llamado así? Dehesa Vieja, Monte Hueco y Dehesa Tejada son los tres nombres antiguos de El Pardo.
– ¿Cuál es el precedente más antiguo que tenemos de nuestro barrio? El primer pabellón de caza que se construyó en 1399. Aquel cazadero trajo muchos conflictos por el tema de las lindes con los madrileños. A finales del s.XV creció mucho la población y hubo sobreexplotación de especies
– ¿Cuándo se delimita El Pardo tal y como hoy lo conocemos? En 1749, el Borbón Fernando VI cambia el derecho de uso por la propiedad plena. Este rey fue el que realmente crea y acota El Pardo tal cual hoy lo conocemos. En esta época (s. XVIII) con los Borbones, las estancias de los reyes son más frecuente en los reales sitios.
– ¿En qué siglo se produce el desarrollo urbanístico? En el XVIII, reinando Carlos III, se produce la urbanización de El Pardo. Sabatini fue el que diseñó el pueblo. En aquellos tiempos los reyes van a El Pardo entre enero y marzo. Al ser más estacional su estancia, el sitio se desarrolla más. Ya no es cazadero, se transforma en palacio donde se recibe al gobierno.
– ¿Desde cuándo es Real Sitio? El emperador Carlos V lo transforma en Real Sitio. Él y su hijo Felipe II le dan una impronta más cortesana. Se llena de comodidades y ya no sólo es la caza. No obstante, El Pardo es considerado un Real Sitio de los llamados secundarios o adyacentes, como Valsaín (que se quemó en 1682) o Riofrío. Los Reales Sitios mayores son La Granja, El Escorial y Aranjuez.
– Realmente, ¿qué significaba ‘Real Sitio’? Un sitio exclusivo del rey, que le pertenece. El rey es dueño de su monarquía y de todo el territorio. Hay lugares que eran privativos de su disfrute exclusivo y El Pardo era uno de ellos. Se lo administraba un organismo llamado Junta de Obras y Bosques.
– ¿Todavía queda mucho por estudiar de El Pardo? Sí, queda todo. El Pardo tiene una identidad y una envergadura brutal. Podemos decir que es inabarcable, podemos estar años y años investigando sin acabar. Hay tanta documentación que no sabemos ni lo que hay. Yo diría que nos podemos llevar sorpresas. Los documentos se encuentran en el Palacio Real, Archivo General de Simancas, Archivo Histórico Nacional, Archivo General de Protocoles, Archivo de la Villa de Madrid…
– ¿Quién apoya estos estudios? Patrimonio Nacional lo respalda. Este organismo es muy celoso de los reales sitios, de guardar y preservar la memoria y la imagen de lo que fueron.
– ¿Hay un estudio o libro dedicado exclusivamente a El Pardo? No conozco ninguno y, mucho menos, serio, es decir, que no sea un ‘refrito’.
– ¿Es El Pardo el Real Sitio que menos ha crecido de Madrid? Sí. Se debe a que tenía un carácter de cazadero secundario y estaba muy próximo a Madrid. Se llegaba en una jornada a caballo. En otros lugares, como El Escorial o Aranjurez, se han hecho ciudades enteras, han crecido muchísimo.
– ¿Qué cree usted que es lo mejor que tiene El Pardo? Su rica biodiversidad ecológica, su ecosistema. Quizá por el hecho de que la corona haya estado siempre muy encima de este lugar, Europa puede presumir de tener uno de los mejores bosques de clima Mediterráneo. Es algo grandioso que tiene El Pardo.
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