12º aniversario del cierre del Palomar Central del Ejército español, ubicado en El Pardo

Durante 88 años el Palomar Central del Ejército español estuvo en El Pardo. Lo trasladaron aquí desde Guadalajara en 1920, tras crearse el Primer Regimiento de Telégrafos en el acuartelamiento Zarco del Valle.

A partir de ese momento, se encargó de dirigir desde El Pardo los servicios colombófilos militares que había distribuidos por toda España, así como de controlar los particulares. Y es que la existencia de estos últimos era un factor de riesgo a escala militar. Su trabajo consistía en realizar inspecciones, censos, controles y estadísticas de las palomas mensajeras.

El Palomar Central de El Pardo llegó a tener 300 palomas. Las cuales  representaban el 15% de todas las que tenía en Ejército, que estaban distribuidas en Burgos, Jaca, Sevilla, Ceuta, Melilla y Cabo Juby. En cuanto al adiestramiento, comenzaba a los tres meses de vida de la paloma y se realizaba mediante desplazamientos progresivos. El objetivo era que volaran desde el sur o norte hasta el centro del país. Las mejores preparadas llegaron a recorrer 1.000 kilómetros al día a una velocidad de 90 km por hora.  “Se les ponía un mensaje en la pata con la información que se quería transmitir. Luego se soltaban desde lugar donde estábamos haciendo la maniobra y volvían a su casa”, explica el que fue coronel del Parque de Transmisiones, Ignacio de los Riscos. Los impresos que llevaban en sus patas se llamaban colombogramas.

Tal importancia llegó a tener el Palomar Central de El Pardo que, hace unos 17 años, personal del Ejército de Estados Unidos visitó sus instalaciones. “Querían volver a implantar un servicio colombófilo militar en su país y vinieron a informarse”, dice de los Riscos.

A principios del siglo XXI, el Ejército Español decidió prescindir de las palomas mensajeras y sus servicios. Una opción que no convenció a algunos, ya que son las únicas que no pueden ser detectadas por ningún sistema electrónico de los que manejan los ejércitos. “Tristemente, la modernización nos va pasando por encima  y nos obliga a perder cosas entrañables y curiosas. Es un sistema útil en determinados tipos de guerra. Hoy en día, la amenaza más importante para las telecomunicaciones son las ondas expansivas de pulso electromagnético porque las inhabilitan. Las que no mueren son las palomas”, comenta el que fuera coronel del Parque de Transmisiones.

A pesar de su excelente labor y las miles de misiones que han realizado para España, la opción de su desaparición estaba tomada, y el 28 de marzo de 2008 dejó de existir el Servicio Colombófilo Militar español. Ese día, una paloma fue enviada desde Pozuelo de Alarcón a El Pardo. Fue el último vuelo de una paloma del Ejército español en acto de servicio. Fue la última misión.

Actualmente, y desde 1995, se puede ver un homenaje a las palomas mensajeras como parte de la Exposición Tecnológica de los Medios de Transmisión Tácticos del Parque de Transmisiones en El Pardo.

 

Fotos: http://historiasdeelpardo.blogspot.com.es

 
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