El pasado y el presente de Mingorrubio se unen en el pregón de fiestas

Las vecinas Patricia López, Elisabeth Y. García, Beatriz Santamaría y Mariví Algora dieron el pistoletazo de salida a los festejos con un bonito y emotivo pregón inundado de recuerdos, que se fusionaron con momentos del hoy y deseos para el futuro. Todo con un fin: “No perder ese Mingorrubio donde se construye lo mejor de uno en bien de todos”

Ayer se celebró un día especial en Mingorrubio. Después de dos años sin poder celebrar sus fiestas por la crisis sanitaria, se inauguraron las de 2022 con un emotivo pregón.

Las mingorrubianas Patricia López y Elisabeth Y. García, y ‘las nuevas’ Beatriz Santamaría y Mariví Algora fueron las elegidas para darlo. Una elección muy acertada, que pudo comprobarse por las ovaciones y aplausos que recibieron.

Antes de subir al escenario, Olga Baños, presidenta de la Asociación Amigos de Mingorrubio (entidad impulsora de las fiestas), se dirigió al público recordando a los vecinos fallecidos y dedicándoles las fiestas. “Al fin, hemos vuelto. Estamos para celebrar, pero también queremos recordar a los que hoy no pueden celebrar con nosotros porque ya no están. La pandemia se los llevó. Para ellos, de forma especial, va nuestro pregón y el espíritu que esperamos nos haga disfrutar a todos de esta semana cultural”.

A continuación, Olga dio las gracias por su apoyo y colaboración en los festejos al párroco don Serafín; a la Guardia Real “por estar siempre ahí y no solo en fiestas”; a la vecina Pili “por facilitar todo con la mejor cara y una sonrisa”; al delegado de El Pardo de Patrimonio Nacional, Aníbal de Miguel; al concejal presidente de nuestro distrito, Javier Ramírez Caro, y su equipo; a las entidades vecinales de Mingorrubio y a la Asociación Vecinal de El Pardo; al colegio San Francisco de la colonia; a Marta, Olga y María “por cuidarnos a todos”; a Esther, presidenta de la Asociación de Señoras; a ElPardo.net “porque gracias a ellas todo esto quedará para siempre”; y a todos los vecinos “que colaboran, se entregan y viven las fiestas al máximo”.

Antes de concluir, la presidenta de la Asociación Amigos de Mingorrubio presentó a las pregoneras asegurando que habían redactado un pregón “desde el cariño profundo que le tienen a Mingorrubio y a su gente”.

De izquierda a derecha, Patri, Eli, Mariví y Bea.

Después de los aplausos, Patri, Eli, Bea y Mariví, como se las conoce en la colonia, comenzaron a dar un pregón que se impregnó de una visión diferente de pasado y presente.

Bea comenzó dirigiéndose a los asistentes como “familia”, y admitiendo las dudas que tuvo, junto a sus compañeras, a la hora de aceptar ser pregonera. “Al final, las cuatro lo vimos claro. No podía haber una razón más bonita que la que habían visto en nosotras: representar la convivencia e integración del pasado y presente de nuestra colonia”. Cuando definió a Mingorrubio como “una gran familia”, Patri tomó la palabra admitiendo que el “momento pregón” ha sido siempre el más especial en todas las fiestas y que nunca se había imaginado dándolo. “En éste, represento, con Eli, lo que fuimos. Esa generación de los 70 y de los 80, de hijos y nietos de los primeros habitantes de nuestra colonia”.

Elisabeht continuó subrayando que sus abuelos estarían muy orgullosos “de ver cómo nos esforzamos de revivir lo que aquí se construyó”. La pregonera recordó su regreso a la colonia porque, como le ha sucedido a muchos mingorrubianos, se dio cuenta de que como allí “no se vive en ningún sitio. Volvimos al nido que nos vio crecer, a encontrarnos con nuestras raíces y las caras amigas”.

Mariví se definió como uno de los “nuevos”, aunque sea de El Pardo y haya estado siempre vinculada a la colonia. “Es un honor representar a todos los que un día se enamoraron de Mingorrubio y quisieron formar una familia aquí”.

Eli y Patri retomaron la palabra recordando la colonia en la que crecieron. “Entonces teníamos tiendas. La lechería de Paulino, la mercería de Metodio, el estanco de Doncel, la frutería de Galán, la droguería de Fructuoso, la panadería de Pili y Trini…”. Las pregoneras dieron las gracias a Paco, que regenta el único comercio que hoy queda. “Gracias porque sabemos que, con los tiempos que corren, no es fácil”.

El desaparecido colegio Virgen del Carmen también fue recordado, así como su directora, conserje y profesores. También, las misas de don Serafín y los juegos infantiles. “Nuestra mayor preocupación era si subíamos al monte, bajábamos al río, íbamos al transformador a jugar a las canicas o si nos apuntábamos a las excursiones del Aquopolis”. Patri mencionó las reuniones al fresco y se acordó de Andrés y Octaciano.  “Se hace muy difícil pasar por las puertas de sus casas y no ver sus sillas en esta época del año, ni el pequeño banco de madera que nos hizo para que estuviéramos cómodos”.

Eli no quiso olvidarse de los vecinos de la colonia que ya no están. “No se terminan yendo porque marcaron nuestras vidas y siempre permanecerán en nuestros recuerdos», subrayó.

En este momento tan emotivo y aplaudido, Bea se acordó de las celebraciones familiares que su abuelo organizaba en El Pardo y agradeció poder ver el pasado “a través de los ojos de los mingorrubianos”. Recordó el día que llegó a la colonia y las charlas nocturnas de las vecinas Gregoria, Maricruz, María, Eusebio, Emilio, Trini, Clodo, Celsi y Paquita. “Era un momento muy cotidiano para ellos, pero muy especial para mí. Me alegra mucho veros en los banquitos cuando se inicia la primavera”, añadió.

Mariví habló de la convivencia de los niños de El Pardo y Mingorrubio, las pandillas de adolescentes y las fiestas de antaño, con el inicio de relaciones sentimentales como la suya con su marido.

“Las mejores fiestas del mundo”. Así las definió Patri.  Eli recordó las romerías, charangas, el olor a sardinas, el camión cisterna… Bea volvió al presente definiendo la última romería como “espectacular”. “No sé si llegaremos a lo que contáis pero, poco a poco, recuperaremos la de antaño”. Las calles adornadas y las cenas de hermandad de antes volvieron a la memoria de Patri y se fusionaron con las actuales, que mencionó Mariví.

Las pregoneras hablaron del año que decidieron recuperar los festejos y del gran trabajo que supuso. “No teníamos ni un euro, ni escenario… pero fueron unas fiestas originales y emotivas”, señaló Bea. También, aplaudieron la labor de las asociaciones Amigos y Vecinos de Mingorrubio, así como el apoyo y paciencia de sus familiares.

‘Las nuevas’ se emocionaron al subrayar lo mucho que han trabajado juntas. “Hemos luchado, discutido, reído y llorado. Ha sido increíble la oportunidad que hemos tenido de remar juntas para que esta colonia salga adelante”, dijo Mariví.

“Vivimos un Mingorrubio diferente. Ni mejor, ni peor. Podemos hacer un Mingorrubio muchísimo más mágico y mejor, si cabe, si todas las generaciones que nosotras representamos trabajan juntas para hacerlo posible”, añadió.

Patri comenzó el fin del pregón con unas conmovedoras palabras. “Nuestro pasado fue maravilloso, pero el presente también lo es. Tenemos que trabajar juntos para no perder ese Mingorrubio donde se construye lo mejor de uno en bien de todos”.

Para concluir, las cuatro pregoneras dieron las gracias a las personas que, como señalaron, “han hecho posible que vivamos aquí”. Además, no dejaron pasar la oportunidad de recordar una frase de ‘El Principito’: “Nunca guardes nada para una ocasión especial. Estar vivo es la ocasión especial”.

El pregón terminó con un sonoro y eterno aplauso del público.

A las 22h. comenzó la actuación de ‘The Hot Tubes’ y a las 0h. se celebró la noche mágica de San Juan con la quema de la hoguera.  

Consulta aquí el programa de fiestas.

Grupo de música ‘The Hot Tubes’

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